Habemus Papam. El Cardenal Prevost elegido Papa. Toma el nombre de León XIV: “Seamos una Iglesia misionera, sinodal, que camina, que busca siempre la paz y cercana a los que sufren”
(Ciudad del Vaticano, 8 May. 2025). Una hora después de la fumata blanca, que poco después de las seis de la tarde anunciaba al mundo la elección del nuevo Pontífice, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti anunció que el nuevo Papa es el cardenal Robert Francis Prevost, quien toma el nombre de León XIV. El 267º Sucesor del Apóstol Pedro es el primer Papa agustino, el primer estadounidense y el segundo americano, después del Papa Francisco, quien lo creó Cardenal en el Consistorio del 30 de septiembre de 2023 y lo había llamado a Roma para ser prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, tras haber sido Administrador Apostólico de la diócesis de Callao, en Perú, país en el que desde los años ochenta había desarrollado una importante labor misionera.
“La paz esté con todos ustedes”, fueron las primeras palabras que pronunció visiblemente emocionado el Papa León XIV desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, dirigiéndose a la multitud que colmaba la Plaza de San Pedro y la Via della Conciliazione, pero también al mundo entero. “Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el Buen Pastor, que dio su vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en sus corazones, que llegara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!”, reiteró el Papa, recalcando que la paz de Cristo Resucitado es “una paz desarmada y que desarma, humilde y perseverante”, y “viene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente”.
“¡Aún conservamos en nuestros oídos aquella voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco bendiciendo a Roma! El Papa que bendecía a Roma y daba su bendición al mundo, al mundo entero, la mañana de Pascua. Permítanme continuar con esa misma bendición: ¡Dios nos ama, Dios los ama a todos y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, y luego unos a otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!”, expresó León XIV, quien agradeció a los cardenales que lo eligieron para ser Sucesor de Pedro y caminar junto a todos, “como Iglesia unida buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para anunciar el Evangelio, para ser misioneros”, y dirigiendo “¡un saludo especial a la Iglesia de Roma!”, exhortó a “ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, dialoga, siempre abierta a recibir como esta plaza con los brazos abiertos” a “todos, todos aquellos que necesitan de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y amor”.
“Y si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”, dijo el Papa, quien expresó su deseo de “una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cercana especialmente a los que sufren”.
Y tras recordar que hoy es el día de la Súplica a Nuestra Señora de Pompeya, León XIV concluyó invitando a todos a rezar un Ave María, antes de impartir su primera Bendición “Urbi et Orbi”.