El Papa: “El Señor conceda valentía y perseverancia a cuantos están comprometidos en la búsqueda de la paz. Escuchar el grito de la Tierra y de los pobres”

El Papa: “El Señor conceda valentía y perseverancia a cuantos están comprometidos en la búsqueda de la paz. Escuchar el grito de la Tierra y de los pobres”

(Ciudad del Vaticano, 25 May. 2025). “Estoy todavía en los inicios de mi ministerio entre ustedes y deseo agradecerles ante todo el afecto que me están manifestando, y al mismo tiempo les pido que me sostengan con su oración y cercanía. En todo aquello a lo que el Señor nos llama, tanto en el camino de la vida como en el de la fe, nos sentimos a veces insuficientes. Sin embargo, el Evangelio de este domingo justamente nos dice que no debemos fijarnos en nuestras fuerzas, sino en la misericordia del Señor que nos ha elegido, seguros de que el Espíritu Santo nos guía y nos enseña todo”, dijo el Papa León XIV este mediodía en su meditación previa al Regina Caeli.

“Sí, hermanos y hermanas, este morar de Dios en nosotros es precisamente el don del Espíritu Santo, que nos toma de la mano y nos hace experimentar, incluso en la vida cotidiana, la presencia y la cercanía de Dios, convirtiéndonos en morada suya”, recalcó el Papa, quien resaltó que “es hermoso que cuando al mirar a nuestro llamado, a las realidades y personas que nos han sido confiadas, a los compromisos que llevamos adelante y a nuestro servicio en la Iglesia, cada uno de nosotros pueda decir con confianza: aunque soy frágil, el Señor no se avergüenza de mi humanidad; al contrario, viene a habitar dentro de mí”.

“Queridos amigos, sobre el fundamento de esta promesa, caminemos en la alegría de la fe, para ser templo santo del Señor. Comprometámonos a llevar su amor a todas partes, recordando que cada hermana y cada hermano es morada de Dios; y que su presencia se revela especialmente en los pequeños, en los pobres y en quienes sufren, y nos pide ser cristianos atentos y compasivos. Encomendémonos todos a la intercesión de María Santísima. Por obra del Espíritu, ella se convirtió en la ‘Morada consagrada a Dios’. Junto con ella, también nosotros podemos experimentar la alegría de acoger al Señor y ser signo e instrumento de su amor”, concluyó León XIV, quien, después de la oración mariana, volvió a elevar una oración por todos los pueblos que sufren a causa de la guerra, suplicando “al Señor que conceda valentía y perseverancia a cuantos están comprometidos en el diálogo y en la búsqueda sincera de la paz”, y recordó que “hace diez años, el Papa Francisco firmó la Encíclica Laudato si’, dedicada al cuidado de nuestra casa común, y que ha tenido una difusión extraordinaria, inspirando innumerables iniciativas y enseñando a todos a escuchar el doble grito de la Tierra y de los pobres”.

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