El Papa: “Jesús no es un muro que separa sino una puerta que nos une. Es necesario permanecer en él y distinguir la realidad de las ideologías”
(Ciudad del Vaticano, 14 Jun. 2025). “Los Apóstoles vieron en Jesús la unión entre la tierra y el cielo: con los ojos, los oídos y las manos acogieron el Verbo de la vida. El Jubileo es una puerta abierta a este misterio. El año jubilar conecta más radicalmente el mundo de Dios con el nuestro. Nos invita a tomar en serio lo que rezamos cada día: «Así en la tierra como en el cielo». Esta es nuestra esperanza”, explicó el Papa León XIV esta mañana en su catequesis durante la audiencia jubilar, subrayando que “esperar es conectar”.
Recordando la figura de “uno de los más grandes teólogos cristianos, el obispo Ireneo de Lyon”, quien “nació en Asia Menor y se formó entre quienes habían conocido directamente a los Apóstoles”, y “después vino a Europa, porque en Lyon ya se había formado una comunidad de cristianos procedentes de su misma tierra”, el Papa resaltó: “¡Qué bien nos hace recordarlo aquí, en Roma, en Europa!”.
“El Evangelio fue traído a este continente desde fuera. Y también hoy las comunidades de migrantes son presencias que avivan la fe en los países que las acogen. El Evangelio viene de fuera. Ireneo conecta Oriente y Occidente. Esto ya es un signo de esperanza, porque nos recuerda cómo los pueblos siguen enriqueciéndose mutuamente”, destacó León XIV, quien recalcó que “Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une”, y “es necesario permanecer en él y distinguir la realidad de las ideologías”.
“Queridos hermanos y hermanas, también hoy las ideas pueden enloquecer y las palabras pueden matar”, advirtió el Papa, quien indicó que “la carne de Jesús debe ser acogida y contemplada en cada hermano y hermana, en cada criatura”, y recordó que “el mandamiento que hemos recibido desde el principio es el del amor mutuo”, enfatizando que “está escrito en nuestra carne, antes que en cualquier ley”.