El Papa a los obispos: “El pastor es testigo de esperanza con el ejemplo de una vida firmemente anclada en Dios y totalmente dedicada al servicio de la Iglesia”

El Papa a los obispos: “El pastor es testigo de esperanza con el ejemplo de una vida firmemente anclada en Dios y totalmente dedicada al servicio de la Iglesia”

(Ciudad del Vaticano, 25 Jun. 2025). “El pastor es testigo de esperanza con el ejemplo de una vida firmemente anclada en Dios y totalmente dedicada al servicio de la Iglesia. Y esto ocurre en la medida en que se identifica con Cristo en su vida personal y en su ministerio apostólico, entonces el Espíritu del Señor da forma a su manera de pensar, a sus sentimientos, a sus comportamientos”, recalcó el Papa León XIV en la meditación que dirigió esta mañana en la Basílica de San Pedro a los obispos con motivo de su Jubileo, en la que destacó algunos rasgos que caracterizan este testimonio.

“El obispo es, ante todo, el principio visible de unidad en la Iglesia particular que le ha sido confiada. Su tarea es velar para que ella se edifique en la comunión entre todos sus miembros y con la Iglesia universal, valorizando la contribución de los diversos dones y ministerios para el crecimiento común y la difusión del Evangelio”, recordó el Papa, quien resaltó que el obispo también es un “hombre de vida teologal”, es decir, un “hombre plenamente dócil a la acción del Espíritu Santo, que suscita en él la fe, la esperanza y la caridad y las alimenta, como la llama del fuego, en las diferentes situaciones existenciales”.

“El obispo es hombre de fe” y, “en esta misma perspectiva, el obispo es hombre de esperanza, porque «la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven»”, y “su fe y su esperanza se funden en él como hombre de caridad pastoral”, subrayó León XIV, quien recalcó que “toda la vida del obispo, todo su ministerio, tan diverso y multiforme, encuentra su unidad en lo que san Agustín llama amoris officium”, en el que “se expresa y se manifiesta al máximo grado su existencia teologal”.

“En la predicación, en las visitas a las comunidades, en la escucha a los presbíteros y a los diáconos, en las decisiones administrativas, todo está animado y motivado por la caridad de Jesucristo Pastor. Con su gracia, obtenida diariamente en la Eucaristía y en la oración, el obispo da ejemplo de amor fraternal hacia su coadjutor o auxiliar, hacia el obispo emérito y los obispos de las diócesis vecinas, hacia sus colaboradores más cercanos, como también hacia los sacerdotes en dificultades o enfermos. Su corazón es abierto y accesible, y así es también su casa”, indicó el Papa. “Este es el núcleo teológico de la vida del pastor. Alrededor de este, y siempre animadas por el mismo Espíritu, quisiera situar otras virtudes indispensables: la prudencia pastoral, la pobreza, la perfecta continencia en el celibato y las virtudes humanas”, agregó León XIV.

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